La energía del sol se puede capturar por medio de células fotoeléctricas (que constituyen los cuadros fotovoltaicos que todos conocemos), heliostatos o colectores solares, que más adelante la transforman en energía del sol térmica (a través de la temperatura) o energía del sol fotovoltaica (a través de la luz). Además puede aprovecharse de manera pasiva con técnicas de arquitectura bioclimática y sostenible, como observaremos ahora. La energía del sol se encuentra dentro de las fuentes de energías sustentables más simples de producir, principalmente la del sol fotovoltaica, lo que está realizando que se esté ampliando su uso en las ubicaciones climáticas con más horas de sol. Y España no es una distinción, aunque por el momento poseemos bastante margen de optimización para continuar transformando la energía que viene de fuentes no renovables (petróleo o carbón) en que llega de fuentes renovables.